Noche de encuentros y desencuentros

Llevaba horas caminando sin un rumbo fijo, perdida en su propio mundo sin importarle donde estaba ni hacia donde iba.
Las calles de Londres estaban casi desiertas, pero eso poco importaba.
Se acerco a uno de los edificio y subió por las escaleras de emergencia, sentía la necesidad de observar esa hermosa cuidad de noche.
Llego a la cima del edificio y se puso de pie en la azotea, el viento golpeaba su rostro y le traía viejos recuerdos, cerro su ojos para sentir con mayor intensidad esa sensación, hace mucho que no recordaba el pasado.
Respiro profundamente y los abrió de nuevo... pudo apreciar como la cuidad iluminada se mostraba ante sus ojos, sonrío tontamente al verlo, no sabia porque pero eso la había hecho feliz, una verdadera estupidez si se sentaba a analizarlo, pero su niña interna había surgido extrañamente al ver el paisaje.
Miro detenidamente cada uno de los detalles, quería grabar esa imagen en su mente.... una próxima pintura, pensó.
Esta imaginándose a ella misma pintando esa imagen cuando se sintió observada, sentía el peso de una mirada sobre su espalda... definitivamente alguien mas se había detenido a ver ese paisaje nocturno
- ¿Por qué esconderse?- dijo sin quitar la mirada del horizonte, intentando hacer aparecer a quien fuese el observador en ese instante –es hermoso- continuo, mientras colocaba sus manos en las carteras de sus desgastados jeans y su blusa blanca era movida por el viento –un paisaje urbano que pocos aprecian-

Lo escuche reír, luego se dirigió a mi caminando con cautela, era extraño que se ocultara por mi causa, pero no dude… no tenia ni tiempo ni ganas para eso.
-no lo cree ud así?- escuche su pregunta, pero a la vez sentí como si no importase mi respuesta. Gire mi rostro y lo vi contemplando el horizonte, estaba perdido en sus pensamientos, en recuerdos... no se con certeza que pasaba por su mente.
-nadie esta solo por gusto- no esperaba una respuesta de su parte, deje de estar de pie y me senté en el suelo, mis piernas cruzadas y mis hombros bajaron con cansancio. No había tenido un buen día, pero al perecer el tampoco lo había tenido.
-que ves?- me aventure a preguntar, aunque no sabia si me había oído o no.